NO SOY
PROPIEDAD
Cuatro
paredes me rodean
no
encuentro consuelo,
es un
tormento constante,
es todo
un sufrimiento.
Aún
recuerdo aquel día.
Aquella
mañanita de niebla,
el estar
con las amigas,
sentirme
una chica nueva.
Como
noche sin luna
apareciste
sin saber,
mocito
bien apuesto,
te
ganaste mi querer.
Llego el mediodía
tuve que
salir,
tu reacción
fue diferente,
no lo
esperaba de ti.
Me
rogaste frente a frente,
no me atreví
a decidir.
Entonces recordé,
aquella
mañanita gris,
la ilusión
de sentirme nueva,
los
sentimientos al encontrarte a ti.
Recordar
aquel mocito
con buen
parecer.
Pero cual
sorpresa la mía
al llegar
el anochecer.
Cuando
encerrada entre paredes
pude
comprender,
que si
alguien me quiere
debe de
entender:
Que a
base de golpes
no se
puede querer.
Pues
mucho acero tiene un barco
y puede
llegar a ocurrir,
que por
pequeña grieta haga agua
y este
llegarse a hundir.
Mas el corazón
de una mujer
nunca
debe de soportar,
ningún otro
dolor, que no sea
el de la
maternidad.
Pues no
soy propiedad de nadie
y nunca
lo seré,
no quiero
ser tu esclava
ni tu juguete
ser.
Solo pido
una cosa, y esta es:
Que se me
respete por lo que soy,
pues soy
mujer,
no tu
mujer,
no soy
propiedad de nadie,
ni nunca
lo seré.
Autor: Abel López González.
No hay comentarios:
Publicar un comentario