Libertad.

Libertad


Libre como el aire que acaricia tu linda piel, que ennoblece tu precioso rostro.
Libre como el agua que recorre tus manos, cual dulces caricias ofrecen.
Libre  como el fuego que arde en un pastizal.
Libre como las aves, que sin poderlas controlar, surcan por el aire.
¡Quién las detengas!
Libre, libertad, ser libre es lo que pido.
Me tienes prohibido de dicha libertad.
Tú llegaste a mi vida, no te pude rechazar,
como amor embrujado, me llegaste a enamorar.
Ahora no lo quiero.
Pido libertad.
No entiendo que me ocurre,
pero no lo puedo evitar.
Me siento como un pez
cual no puede dejar,
el refugio de las rocas
para aventurarse en el mar.
Descubrir las bellas aguas
que el mar le puede brindar,
encontrando nuevas maneras
donde poderse desarrollar.
Desafiando los peligros,
llegando a averiguar,
que el mar le ofrece,
mucho más de lo que pudo pensar.

Por ello pido ser libre.
Pido libertad.
Encontrar aquel camino,
que me lleve a la felicidad.
Felicidad que me fue prohibida
al enamorarme de ti.
Mas ahora no comprendo
que pudo surgir.
¿Cómo fue posible, cómo me pudo ocurrir?
¿Cómo conquistaste mi corazón, si solo me haces sufrir?
Fue tu bello semblante,
o tal vez tú linda expresión.
Tal vez no fue culpa tuya,
solo lo sabe Dios.
Pero ahora soy yo quien sufro
y pido libertad a mi ser.
Necesito ese espacio
que contigo nunca obtendré.
Si realmente me amas
y no quieres hacerme sufrir,
suéltame las alas, déjame salir.
Que no haré nada que te arrepientas
ni nada que te haga morir,
solo quiero valorar
lo que tengo junto a mí.
El valor de las personas
se aprecian mejor en su ausencia.
Tal vez ello nos haga daño
pero merecerá la pena.
¿Por qué pido libertad?
Tal vez esté equivocado.
Quizás el deseo de huir,
es el miedo de perderte de mi lado.
Sin ti no sabría vivir.
Sin ti mi vida no tendría sentido.
¿Por ello pido libertad?
No sé, estoy hecho un lio.
Dudo que sea libertad lo que necesite,
Tú nunca me privaste de nada.
Más fui yo quien no supo
vivir junto a la mujer que me ama,
ni a los hijos que ella me había dado.
Quería conocer el mundo y sus peligros
y tengo el mundo en mis manos.
Te culpaba de mi esclavitud
y nunca fui tu esclavo,
siempre fui yo
quien quiso estar a tu lado.
Te culpaba de tu amor embrujado
y ahora puedo comprender,
que fui yo quien te prometió,
que jamás te iba a perder.
Es contigo amor mío,
con quien realmente gozo de libertad,
tú nunca me reprochaste nada
en cambio yo, no dejo de parar.
Soy libre, vivo en libertad,
pero nunca la supe disfrutar.
No fueron tus hechos.
Si no mis actos sin maldad.
Creía vivir preso de ti.
Más gozaba de libertad.


Autor: Abel López González.

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